No es en absoluto fácil definir qué es una corrección de estilo. Según se explica en este artículo de Cálamo & Cran (plataforma en la que me formé yo), la corrección de estilo es «la intervención lingüística que se realiza en un texto para conseguir que el lector lo entienda» y depende de tres factores: el propósito del texto, el público al que va dirigido y el medio en el que se vaya a publicar.
Como sé que esta definición es de todo menos concreta, quizá sería preferible afrontar esta cuestión desde la siguiente perspectiva:
¿Qué se corrige en una corrección de estilo?
Como indica Cristina Núñez (correctora y profesora de la plataforma que te he mencionado antes): «En la corrección de estilo se corrige todo menos el estilo».
Paradójico, ¿verdad? Ya he avisado de que esto no iba a ser sencillo.
Para que puedas comprender mejor su alcance, te dejo a continuación un listado con todas las posibles intervenciones que puede generar una corrección de estilo, divididas según los tres niveles de intervención que se podrían aplicar a tu texto:
Nivel superficial (el más básico, se limita a limpiar el texto de todo tipo de errores). Es imprescindible atender a:
- Oraciones incompletas.
- Vocablos o redundancias innecesarios y erróneos (ej.: volver a recaer).
- Uso incorrecto o abuso del gerundio.
- Leísmo, laísmo y loísmo.
- Problemas de concordancia.
- Queísmo, dequeísmo y quesuismo.
- Usos impropios de las preposiciones.
- Puntuación incorrecta.
- Falsos amigos (¿te acuerdas de los false friends del Inglés del cole y el insti? Pues esos, pero en español).
- Utilización de muletillas.
- Rimas internas y cacofonías (muchas generadas por los gerundios y los adverbios terminados en -mente).
Nivel medio (además de limpiar, se mejora el texto y se elimina toda la información innecesaria). Se analizan estos elementos:
- Anacronismos.
- Repeticiones de términos y estructuras.
- Redundancias.
- Circunloquios.
- Obviedades.
- Abuso de la voz pasiva.
- Extranjerismos.
- Pobreza léxica o términos comodín (verbos ser, estar, haber, hacer; adjetivos poco precisos como bueno, malo, bonito; términos indefinidos como cosa, algo, esto, eso…).
- Impropiedades léxicas.
- Arcaísmos.
Nivel profundo (además de todo lo anterior, se tratan aspectos que enriquecen, transforman o adaptan el texto al estilo propuesto por el cliente). Se presta atención a los siguientes aspectos:
- Puntuación recomendada (la que tiene un uso más personal que obligatorio).
- Longitud de oraciones y párrafos.
- Orden tradicional de los elementos sintácticos (sujeto-verbo-complementos; es decir, que nadie hable como Yoda).
- Orden adecuado para presentar la información.
- Articulación del texto.
- Situar espacial y temporalmente el texto.
- Sintetizar (menos es más).
- Construcciones positivas.
- Lenguaje políticamente correcto.
- Lenguaje inclusivo o no sexista.
- Lenguaje claro y comprensible para el público al que se dirige, así como el nivel de formalidad que debe tener el texto.
- Lenguaje escatológico.
- Unificación de estilos en casos de varios autores.
¿Cuándo se realiza la corrección de estilo?
Como te comenté en el post anterior, donde vimos el orden que seguían los distintos tipos de correcciones, la corrección de estilo ha de hacerse antes que la ortotipográfica. ¿Por qué? Pues porque, en la de estilo, pueden generarse cambios y modificaciones grandes que, al introducirlos, podrían provocar alguna errata adicional. Si hubiéramos realizado antes la ortotipográfica, esas erratas surgidas con posterioridad se quedarían probablemente sin corregir.
De esta forma, nos aseguramos de que el texto quede limpio de erratas en, al menos, un 99,9 %.
Ahora que ya sabes un poco mejor en qué consiste una corrección de estilo y lo imprescindible que resulta, si crees que tu manuscrito está listo para pasar a la acción ponte en contacto conmigo y charlamos, estaré encantada de ayudarte.